24-06-2014
Luz Gabás es alcaldesa del municipio de Benasque, en el Pirineo aragonés. Pero su gran afición está lejos de su despacho en el ayuntamiento; es escritora.
Luz Gabás Ariño nació en 1968 en Monzón (Huesca). Los mejores momentos de su infancia y adolescencia transcurren entre Cerler y Serrate (Valle de Lierp). Después de vivir un año en California, estudia en Zaragoza y se licencia en Filosofía Inglesa. Entonces, consigue una plaza como profesora en la Universidad de Zaragoza.
Su primer libro, Palmeras en la nieve, es un “best seller” y su reciente trabajo, “Regreso a tu piel” parece seguir las ventas del anterior. El próximo proyecto, la película basada en su primera novela. No hay duda de que en el valle hay calidad. Y si no, pregúnteselo a Luz.
El día 27 de mayo de 2014, Luz Gabás visitó nuestro instituto para resolver nuestras preguntas.
Cuando escribiste “Palmeras en la nieve”, ¿pensabas que fuese a tener tanto éxito? ¿A qué crees que se debe?
A ver, que iba a tener tanto éxito no; que iba a gustar sí, porque yo pensaba que una historia que para mí era tan conocida, sabiendo que habían ido a Guinea Ecuatorial miles de personas, entre ellas mi padre, mi tío y mi abuelo, pues yo creía que en España había miles de personas que quisiesen recuperar esa historia. Entonces tenía el sentimiento de que podía gustar mucho. Tanto, era difícil de imaginar.
¿Basaste los personajes en personas reales?
Eran… como fusiones de personas. No es una biografía, ni una autobiografía, ni es la vida de mi padre, lo que pasa es que anécdotas que aparecen, sí que las vivieron personas como él. Ahora, las relaciones que unen los personajes son puramente ficticias.
¿Qué mensaje te gustaría que nos transmitiese tu libro tras leerlo?
Yo creo, que siempre hay que ver las dos versiones de una misma historia. En el caso de “Palmeras en la nieve”, no sólo es una novela colonial sino que es una novela poscolonial, en el sentido de que hace una revisión, una reflexión sobre la colonización; por eso era de justicia presentar con la misma dignidad el mundo blanco y el mundo negro. Yo creo que ese es uno de los aciertos de la novela; el blanco y negro en todos los sentidos, no sólo en lo racial, sino también de ideología, de creencias, de cultura, de vida… Pienso que es muy concreta.
¿Qué piensas sobre la película basada en tu libro?
Me hace mucha ilusión, lo primero, que creo que es un buen final… Bueno, quizás no es un final, sino un pasito más en esta especie de fenómeno sociocultural en el que se ha convertido “Palmeras en la nieve”, en el sentido de que tanto para los lectores, como para los coloniales que aún viven, como los hijos de coloniales, aquellos que vivieron esa aventura, van a poder ver en imágenes mis palabras, y eso es muy bonito. Muy bonito porque yo creo que va a ser muy emotivo y emocionante.
¿Sabes dónde se va a rodar la película? ¿Vas a acudir al rodaje?
Se rodará a partir de verano. Empieza en Costa Rica, parte se rueda en Canarias y en Guinea se filmarán planos generales o de ambientación. En Canarias van a reconstruir la finca entera de Sampaka, y eso sí que me gustaría verlo, porque será lo más parecido a ver lo que vieron mi padre y mi abuelo. Va a resultar muy emotivo. Algo se rodará también en el Pirineo, pero el foco de la película está centrado en África. Para el final, se guardará el rodaje de la montaña, que tiene que ser en la época de nieve (Enero, seguramente), aquí (esperemos que en el Pirineo ósense) creo que serán tres o cuatro días.
En tu novela hablas de una mujeres que son ejecutadas por brujas. ¿Esto está basado en el suceso ocurrido en Laspaúles?
Sí efectivamente. En el punto de partida te encuentras con ese fajo de documentos de los cuales hay dos en los que consta el hecho explícito de las 24 mujeres ahorcadas por brujería en el año 1592, no por la Inquisición, sino por el Concejo, es decir, el antiguo Ayuntamiento. Es una pena que no se hayan conservado ni los procesos, ni las razones,… Nada.
¿Piensas escribir más libros?
Hombre, a mi me gustaría y ahora que he escrito dos creo que me resultará más fácil escribir otro. Porque una vez que te enfrentes a los miedos del primer libro y luego te enfrentas a los del segundo y los superas piensas: “Bueno si ya lo he hecho dos veces ¿Por qué no lo voy a poder hacer una tercera?
¿Te resulta difícil compaginar tu labor como escritora y alcaldesa?
Pues me resulta tan difícil como a los otros 700 alcaldes de los ayuntamientos de Aragón. Me explico. Excepto los alcaldes de las grandes ciudades que viven de eso todos los demás tenemos otra profesión. Por la mañana trabajas en el ayuntamiento y por la tarde, en mi caso, me dedico a escribir. Difícil es, pero es cuestión de organizarse.
¿En qué te inspiras al escribir? ¿Qué lugar prefieres para ello?
Me inspiro en el Valle de Benasque y toda la Ribagorza, hasta Monzón.
En cada sitio, en cada lugar, en cada familia hay mil historias que se pueden convertir en novela. Cuanto más cercanas al escritor son más honestas, más sinceras y quedan mejor.
En cuanto al sitio físico soy muy maniática, me gusta escribir siempre en mi misma mesa, en mi despacho, en soledad con mi material. Allí es donde me concentro mejor.
No soy capaz de escribir fuera de allí, no puedo coger un cuaderno y sentarme en la sombra de un árbol a escribir. Sería para tomar notas, no para escribir
¿Quién ha sido la persona que más te ha apoyado en tu labor como escritora?
Mi marido, él ha creído en mi desde el principio.
¿Qué novelas juveniles recomendarías a los lectores?
Yo cogería todas las novelas de aventuras del siglo XIX, todas las que hay y anteriores también. Todos los clásicos, aunque no sé si ahora se leen mucho.
¿Qué recomendarías visitar a los lectores que quieren venir al valle?
Yo, como alcaldesa de Benasque les traería a Benasque, Cerler y a Anciles. Pero bueno, a todo el valle en general. Tienes para todos los gustos. A mí me gusta mucho la arquitectura, por eso me encantan las rutas de los pueblos anteriormente citados. También es muy bonita la ruta del Solano. En todos hay edificios históricos dignos de ver y fotografiar con la construcción típica, y yo creo que no digo nada nuevo si hablo del fondo del valle, donde se disfruta de todas las montañas. En definitiva; es un lugar ideal para la familia. Todos los miembros de ésta encontrarán algo que hacer.